lunes, 25 de agosto de 2008

La Argentina cada vez más aislada del mundo

Nuestro país se encuentra virtualmente aislada del escenario mundial, teniendo como casi único amigo y referente, a la Venezuela de Hugo Chávez. Por qué la Argentina no encuentra relaciones constantes más allá de los países de la región, y las acciones que el gobierno hará para intentar recuperar la confianza mundial en el país.



La Argentina está pasando un momento de incertidumbre en su relación con los países más desarrollados del mundo, donde se considera a nuestro país un lugar de alto riesgo para invertir, y los indicadores económicos que se dan el planeta sobre la situación económica, política y social de la Argentina, son lapidarios hacia el gobierno nacional.

En estos momentos, el único lazo al país, se lo están dando los países de la región, sobre todo la Venezuela bolivariana de Hugo Chávez, que a través de préstamos, le ha dado un poco de oxígeno a la agobiante economía argentina. Justamente, esta relación con el caudillo caribeño, es lo que más recelo presenta en los ámbitos internacionales, que ven como la Argentina se está yendo cada vez más a un estado de confrontación constante entre los sectores sociales, lo que la convierte en un país de alto riesgo para los capitales internacionales.

Las últimas acciones hechas por el gobierno, no sirvieron para reinstalar la confianza en el gobierno nacional, sino que al contrario, no hicieron más que acrecentar las dudas que se tenían. La reestatización de Aerolíneas Argentinas y la consiguiente furia oficial hacia los capitales extranjeros, que se vio reflejados en declaraciones de muchos funcionarios y aliados del gobierno, como Hugo Moyano o Ricardo Jaime, despiertan en el exterior mucha incertidumbre sobre lo que realmente piensa el gobierno de la presidenta Cristina Fernández, si está abierto al mundo como pregonan el Jefe de Gabinete o el Ministro de Economía, o si es reacio hacia los capitales del exterior, como lo han hecho Moyano o Jaime.

Tanto el líder de la CGT como el Secretario de Transporte, no hacen más que repetir las palabras que el ex presidente Néstor Kirchner repite en privado a todos los dirigentes políticos que recibe. Es el patagónico quien sigue manejando los destinos económicos detrás de escena y es justamente el que tiene un discurso más duro hacia los organismos económicos internacionales, en momentos en que la Argentina se encuentra negociando como renegocia su deuda con el Club de París, con el cual tiene alrededor de 15.000 millones de dólares de pago de cancelación de deuda, y estas acciones no son las más indicadas a la hora de negociar algo tan importante y la vez crítico para la economía nacional.

En estos momentos el país no tiene crédito internacional y el único prestamista que tiene en la actualidad es Hugo Chávez, pero a una tasa de interés desorbitante, que llegó a ser mayor que el cuestionado y denunciado Megacanje de deuda hecho por Cavallo en el gobierno de la Alianza, es claro que no resulta beneficioso para la Argentina, que llegan a ser el doble o el triple de lo que paga en la actualidad países como Brasil o Perú.

Que cuestionados funcionarios como Guillermo Moreno ó Ricardo Jaime sigan teniendo injerencia en las acciones más importantes del gobierno, despiertan cierto resquemor en el exterior, que no entiende cómo dos funcionarios que han demostrado un gran fracaso de gestión en sus áreas desde que están en el gobierno, no son echados, sino que son premiados y puestos a realizar los hechos más importantes para la Argentina de hoy, como son la lucha contra la suba inflacionaria y la reestatización de Aerolíneas Argentinas.

Debido a la pelea del Ejecutivo con el sector agropecuario, la Argentina perdió una gran cantidad de mercados internacionales en donde colocar sus mercaderías, lo que originó una fuerte pérdida económica para las arcas nacionales. Esta pelea con el campo, además de debilitar terriblemente al gobierno de Cristina Fernández, lo puso en una posición de debilidad ante el mundo, que vio que el kirchnerismo no era invencible como se parecía, sino que tenía serias señales de agotamiento que lo dejaban al borde del abismo.

En las últimas semanas, en los círculos más íntimos del matrimonio presidencial, se empezó a hablar de comenzar la búsqueda de fuentes alternativas de financiamiento a la dada por Chávez, entre la que se destaca la vieja idea del presidente del Banco Central, Martín Redrado, de avanzar en la emisión de un bono en pesos con respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que inicialmente no contaría con el visto bueno del ex presidente Kirchner. Esta idea de Redrado es apoyada fervientemente por Sergio Massa, y es la idea principal que le presentará a la presidenta Cristina Fernández sobre cómo debe manejar nuestro país el frente financiero internacional y el futuro pago de deuda que debe hacer nuestro país en el 2009.

El riesgo de un nuevo colapso en la economía argentina ha despertado temor en los círculos financieros internacionales, aunque medios especializados como la revista británica “The Economist”, consideren exagerados los mismos y pronostiquen que la economía nacional crecerá un ritmo aproximado del 4 o 5 por ciento en el 2009. Estos pronósticos no tan dramáticos que da The Economist no logran calmar los ánimos de los inversionistas, que siguen viendo a la Argentina como un país poco confiable para invertir y que se deben buscar otros destinos para sus inversiones y eludan a la Argentina del circuito de las mismas.

Si la Argentina se sigue negando a abrirse al mundo y no escuchar los consejos y recomendaciones de aquellos países que supieron salir de crisis parecidas o peores que la argentina, se seguirá sumergiendo a nuestro país en un estancamiento que lo hará retroceder en su imagen ante el mundo y producirá un quiebre con los países desarrollados, donde los únicos perjudicados, serán los más de 40.000.000 de argentinos que esperan soluciones concretas para los problemas que tienen que sufrir diariamente.

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