lunes, 28 de julio de 2008

La negación del kirchnerismo a ver la realidad

El oficialismo sigue sumergido en su crisis interna y se encuentra obstinado a ver la realidad con la cual chocó en la votación en el Senado. Los planes del kirchnerismo para hacer resurgir al gobierno de sus cenizas y por qué Néstor Kirchner sigue teniendo tanta injerencia en las decisiones del Ejecutivo como durante el conflicto con el campo



El kirchnerismo está inmerso en una crisis muy profunda en su interior, que está haciendo tambalear el futuro político del gobierno nacional. Es que a la renuncia de Alberto Fernández a la Jefatura de Gabinete, el hombre más predispuesto al diálogo y a construir un consenso con los demás sectores de la sociedad para la permanencia del oficialismo en el poder, le siguió el nombramiento de Sergio Massa, un dirigente de estrecha ligazón política con el ex presidente Néstor Kirchner, y cuya primera acción de gobierno fue mostrarse con Julio de Vido, un histórico aliado del patagónico y enemigo interno del renunciante jefe de gabinete.


La sabiduría popular tiene sus frases que sirve claramente para graficar momentos y situaciones particulares de un país, y una frase que serviría para mostrar la realidad del kirchnerismo en estos momentos, sería que “la negación es el argumento favorito de la ignorancia”. Todos los miembros más importantes del Ejecutivo, parecieran estar mostrando una tremenda ignorancia política al no entender el mensaje que le dio la sociedad con sus cacerolazos, manifestaciones espontáneas y el voto del vicepresidente en el Senado, y es que están cansados de esta forma de construir políticamente que tiene el oficialismo, y que le pueden haber servido a Kirchner durante doce años mientras fue gobernador de la provincia de Santa Cruz, pero que cuando se conduce a más de 40.000.000 de personas, parece estrellarse contra un paredón del cual no hay salida posible para los que no saben mirar hacia los costados y volver atrás con sus medidas, como lo es en este caso el kirchnerismo.


El ex presidente sigue mostrándose tan intransigente como siempre y está rodeado por un grupo de asesores y colaboradores que no le hacen ningún bien ni a él ni al país. Al rodearse de personas que sólo dicen y ejecutan las palabras y acciones que el jefe quiere oír y ver, se le está haciendo un grave daño a la Argentina, que ve como la intransigencia de unos pocos le está haciendo perder oportunidades históricas en un mundo que precisa de los alimentos producidos en nuestro país.


Que se haya ido Alberto Fernández y sigan en sus puestos funcionarios como Guillermo Moreno, Ricardo Jaime y Julio de Vido, muestran a las claras que la batalla interna en el seno más íntimo del kirchnerismo, fue ganada por el sector más duro e inflexible que comandan el ex presidente, junto al Ministro de Planificación Federal y un grupo de acólitos que defienden a capa y espada la labor iniciada allá por el 25 de mayo del 2003. Con Alberto Fernández se fue la última llama de esperanza que quedaba en varios sectores de la sociedad de que la razón y la cordura primara en el seno del matrimonio presidencial y se encarara una nueva reconstrucción del gobierno que lo pusiera más del lado de la gente y no contra los pedidos de la población.


Que el elegido haya sido Sergio Massa, es una clara muestra de que el poder de Néstor Kirchner sigue intacto y de que es él el que realmente está controlando todos los actos de gobierno detrás de bambalinas. Durante el gobierno del patagónico, la actual presidenta tenía mucho poder, pero tenía la inteligencia de no hacerlo público y si había actitudes que a ella no le gustaban, se las guardaba para las conversaciones en el seno del matrimonio. Pero Néstor Kirchner no sigue esa misma línea de razonamiento, y en cuanta oportunidad tiene se mete en cuestiones de Estado en las que él no tendría que andar opinando por respeto a la investidura presidencial, y en vez de ayudar al gobierno de su esposa, la complica aún más, e instala con mayor fuerza esta idea de “doble comando”, que tanto daño le ha hecho al gobierno en su relación con la sociedad.


El actual Jefe de Gabinete viene con ideas nuevas que sirvan para recomponer la relación del Ejecutivo con la gente, y entre ellas está la de tener una nueva estrategia con los medios de comunicación que sirvan para acercar las propuestas del gobierno a la población. Habrá que ver como cae esto en la mente del ex presidente, que considera a los medios de comunicación, y en especial al Grupo Clarín, como sus grandes enemigos, que sirvieron para poner a la sociedad en contra de las retenciones móviles impulsadas por el gobierno nacional.


A través de actos como la estatización de Aerolíneas Argentinas; el llamado al Consejo del Salario para un aumento en el salario mínimo, vital y móvil; la convocatoria de Massa a dialogar con gobernadores que se opusieron a las retenciones, como son el caso de Hermes Binner y Juan Schiaretti, o los peronistas díscolos como Mario Das Neves y José Luis Gioja; el aumento dos veces al año de las jubilaciones; intentar cambiar la forma en que el INDEC hace las mediciones (que incluiría la renuncia de Guillermo Moreno en las próximas semanas); una nueva relación con los medios de comunicación, que sirva para descomprimir la tensa afinidad que ha existido desde el año 2003 entre los medios y el kirchnerismo; son algunas de las acciones que el nuevo Jefe de Gabinete intentará llevar adelante, tratando de imprimirle al gobierno de la presidenta Cristina Fernández nuevos aires renovadores y de enérgica actividad pública.


Si Néstor Kirchner se mantiene alejado por un tiempo de la escena pública (cosa que parece poco probable en una personalidad como la suya) y entiende que a quienes votaron los argentinos en las elecciones de octubre fue a su esposa y no a él, el gobierno tendrá más posibilidades de poder encarar la relación con la sociedad; caso contrario, la población verá que no hay realmente un aire de cambio en el Ejecutivo, y que sólo se han cambiado algunas figuritas para seguir con la misma política de siempre.


Todas las armas en esta jugada política de ajedrez, están en manos del gobierno nacional y del matrimonio presidencial. De cómo sean capaces de manejaras y de organizar la partida, estará la supervivencia de un gobierno que fue votado por más del 45 por ciento de los argentinos y que se encuentra tan desgastado a sólo siete meses y medio del comienzo del mismo, que muchos se preguntan si llegará al 10 de diciembre del 2011.


Por el bien de la democracia y del pueblo argentino, el gobierno debe entender que cambiar una política a tiempo no significa traicionar sus ideales, sino que es un acto de grandeza que les será reconocido en el futuro como uno de los actos de grandeza que ha tenido la Argentina a lo largo de su historia. De seguir mostrándose obstinados y negados a ver la realidad que los rodea, su relación con la gente será irrecuperable y la intransigencia de sus acciones perjudicará a los argentinos que solo intentan trabajar para levantar a un país que nunca tendría que haber perdido el lugar de preponderancia que alguna vez tuvo en el mundo.


Nota: Agencia Cna


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